
El polígono industrial de Las Rubiesas ha dejado de existir. Su certicado de defunción lo ha rubricado la aprobación de la ordenanza PEM (Parque Empresarial de Melenara), que sustituye a la anterior ordenanza ‘i’ y hace una modicación puntual del Plan General de Ordenación de Telde, y que fue publicada en el Boletín Ocial de la Provincia del 3 de noviembre. Desde ahora, esta zona industrial ubicada en el Cruce de Melenara, se denomina Parque Empresarial de Melenara y se ofrece a los inversores como lugar idóneo para la instalación de negocios por su posición geoestratégica y su seguridad jurídica después de la aprobación de esa normativa municipal.
Javier Sampedro, gerente del Parque Empresarial de Melenara, asegura que la publicación de esta nueva ordenanza “signica que Telde dispone ahora de un parque empresarial, en el cual se pueden desarrollar de manera legal las actividades propias de un espacio de negocio moderno, como son las actividades deportivas, edicios de oficinas, comercio minorista o los servicios formativos como una guardería o un centro de formación profesional, marcando así un hito destacado en el proceso de modernización del suelo industrial de Telde”.
El Parque Empresarial de Melenara está integrado por más de 80 empresas, 1.000 empleos directos y una ocupación de los espacios disponibles de naves, oficinas y locales comerciales. Las calles del recito, señala Sampedro, “son un hervidero de actividad de clientes, proveedores, transportes logísticos, usuarios de los servicios públicos y deportistas que acuden al recién estrenado Club de Pádel”, donde algunos llegan en bicicleta gracias al buen estado de las vías. Precisamente el Club de Pádel, ubicado en la que fue la cochera de Guaguas Melenara, puede considerarse el ejemplo de ese cambio de imagen y actividad.
Una localización privilegiada
Javier Sampedro opina que el Parque Empresarial de Melenara dispone de unos argumentos inmejorables para convertirse en una gran zona de negocio moderna, “donde se erradica la imagen de un polígono industrial donde solo se va a trabajar. Por una propuesta que ofrece un lugar para trabajar, pero también para vivir, para disfrutar del ocio y de los deportes”.
Así, muestra sus fortalezas: una ubicación estratégica privilegiada, a poca distancia de Telde, de la zona turística del Sur, del Aeropuerto y de la capital de la isla; su modelo de gestión privada que ha supuesto que los empresarios pasaran del inmovilismo administrativo del Ayuntamiento a la opción más realista de “esto lo arreglamos nosotros o no lo arregla nadie”. Con el tiempo, los empresarios y corporación local han llegado a un entendimiento que ha dado resultados positivos; las bonicaciones a las empresas radicadas en el parque empresarial, que de ser mayores aumentará más la creación de empresas o la gestión de un innovador espacio web que pretende atraer inversores de todo el mundo y la mejora del acceso al parqu empresarial
Todo esto es fruto del trabajo realizado desde 2007 por la Entidad Urbanística de Conservación del Parque Empresarial Melenara (Econara) para transformar el antiguo polígono, “sumido en en el abandono, en un parque empresarial, mediante el desarrollo de un Plan Estratégico y la creación de una Gerencia, todo ello con el impulso inicial de la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Cabildo Insular de Gran Canaria”, apunta Javier Sampedro.
La aprobación de la nueva ordenanza, alega el gerente, “ha salvado definitivamente de la quema en la lucha por la supervivencia del maltrecho suelo industrial, castigado durante la crisis económica” y que es referente para la modernización de otros polígonos industriales. Sampedro, que recuerda el largo camino, “aún sin acabar” de la conversión de polígono industrial a parque empresarial, rinde homenaje a Juan Rodríguez Betancor, político y empresario fallecido que fue “el principal responsable de quitarle la venda de los ojos a los empresarios de Las Rubiesas”.
La nueva entidad de conservación despegó con José Luis Peláez Castillo como presidente y su sustituto, Manuel Vicente Morales, “ha sido el principal responsable de haber implantado un modelo de gestión dinámico, participativo y transparente, con un ritmo de trabajo marcado por reuniones mensuales de la junta directiva que se celebran de manera abierta, invitando a todo el colectivo empresarial a que participe y exponga directamente sus propuestas”.
(Información Extraida del Periódico La Provincia)